Bajó del suelo colgando de un hilo y lo arregló todo.
Quién no esté dispuesto a luchar, no merece llamarse vivo,
quien se rinde antes de saber si será derrotado tampoco merece la solemnidad del muerto.
Soy felíz prometiéndome no arruinar la bella historia de la vida con la mediocridad de esas tristes carnes con ojos, soy felíz amando yo solo esa intensidad que me hace pensar que merezco la vida.
Nos parecemos tanto Pedro. Espero algún día podamos terminar con todo, incluyendo el orgullo.
