Atención

Cuando alguien que me interesa me habla, intento verle a los ojos. 
Quiero comprender viendo detrás de sus pupilas como sale cada cosa que me quiere decir.


Pero de pronto ya estoy pensando en la manera que mueve sus ojos, y en el hecho de que lo estoy haciendo, en si eso le hará sentir incomodo, en como ve detrás de mi, en como ve al suelo, al techo, en como brillan sus ojos, en el trabajo que me cuesta fluir con los demás y en lo fácil que puedo hacerlo cuando me olvido de eso mismo.

Cuando regreso a la conversación, ya me perdí el 50% de lo que me dijo.