El mar

Y miro el reflejo de la luna incandescente.
El conejo se enchina el pellejo, yo sé que me siente.
Las rocas despiden espuma al choque de las olas,
con tanta bruma parece que flotan solas.

Los peces vuelan entre nubes, caen gaviotas en picada;
Ya no sé quien baja o sube,
cual es el todo y la nada.

Son destellos en la brisa,
son gotas volando en viento;
Vuelan lento y sin prisa,
el agua en la piel ya la siento.

Si estoy bajo superficie, no sé.
sólo sé que no es donde siempre corresponde.
Si bailo encima de las olas, tal vez,
o estoy debajo viendo el fondo y sólo flotando.

agotándome, mirándome; el reflejo no es amable.
Es indomable, irreversible, no se sabe.
Quise borrarlo con la mano y se hizo tarde.
Si antes supiera que sólo se iría quitándome.